Descubirmos un poco más cerca esta ciudad castellana, llena de curiosidades, mitos e historia.
“¿Eso es donde está el Acueducto, no?” Es una de las respuestas que se obtienen cuando preguntas si conocen la ciudad de Segovia. Y es que el gran coloso de granito es sin duda el emblema clave de la pequeña villa castellana. Pero, según la historia no fue el primer “segoviano” en la península ibérica.
Carol RINCON DE LA VEGA / España
El Acueducto de Segovia / Foto: Carol Rincón de la Vega
A pesar de que por la cultura que nos dejaron se piensa en los orígenes de la ciudad como asentamiento romano, una curiosidad es que los historiadores encontraron en diversas leyendas las raíces de manos de Hércules egipcio. Datos que se sostienen a día de hoy por los vestigios encontrados en la Torre de Hércules, perteneciente en la actualidad al convento de Santo Domingo el Real. Leyendas aparte, lo que sí encontramos son indicios celtas asentados en el enclave privilegiado de la ciudad, anteriores a la llegada del Imperio Romano.
Pero sí, el Acueducto es sin duda el símbolo de la villa por excelencia. Testigo silencioso de la historia de Segovia desde el siglo I, su majestuosidad de 28 metros de altura en la zona más alta impacta en la retina del visitante. Si a ello añadimos que en la pequeña superficie que ocupa la ciudad de Segovia nos encontramos también con el Alcázar, del que se tienen los primeros datos en el siglo XII; con la Catedral, del siglo XVI; y con numerosas y deslumbrantes obras de ingeniería de casi cualquier época, se puede afirmar que, estadísticamente, la ciudad es una de las que más contenido monumental tiene por metro cuadrado.
Y aparte de la guía turística… ¿Qué?
Patio Casa de los Rio / Foto: Ayuntamiento de Segovia
Todo esto es lo típico que se cita en casi cualquier guía turística, aparte de la gastronomía segoviana como son el ya famoso cochinillo asado y el ponche, el dulce con más tradición de la ciudad. Pero si se quiere conocer algo más acerca de la ciudad podemos encontrarnos con bastantes sorpresas poco conocidas.
Uno de los ejemplos son los numerosos patios que hay repartidos a lo largo del casco antiguo, algunos abiertos al público, como es el caso del patio de la Casa de los Rio, otros son privados pero se pueden visitar en ocasiones o pidiendo cita previa. Son rincones poco conocidos pero cargados de belleza e historias que cuentan cómo era la vida en la época medieval ya que conservan en gran parte su estructura.
Si preferimos un gran paseo, quizá uno de los menos explorados a pesar de ser tan conocido su protagonista, es el del recorrido del Acueducto. Se puede acceder desde el manantial de la Fuenfría, en la vertiente segoviana de la sierra de Guadarrama. Eso sí, es solo aconsejable para auténticos aficionados de las buenas caminatas y para tomárselo con tiempo, ya que el recorrido es de unos 17 kilómetros.
Parte del Acueducto en la Sierra Segoviana / Foto: Carol Rincón de la Vega
Otros detalles poco conocidos de la ciudad son datos tan importantes como que fue residencia durante 12 años del poeta Antonio Machado. O que fue la cuna de la impresión de libros en España, ya que el Sinodal de Aguilafuente, el primer incunable impreso del país, vio la luz en esta provincia castellana. Segovia cuenta con siglos de historia, simplemente arañando un poco en la superficie descubriremos muchísimas curiosidades que encontrar en cualquier recoveco de la ciudad.
Espectáculos y entretenimiento
Otra manera de visitar Segovia es a través de sus ofertas de ocio. En la actualidad, y con motivo de la candidatura a capital europea de la cultura en 2016, existen una gran variedad de diversas actividades, sobre todo culturales. El lema que acompaña a esta candidatura es “Sin Segovia, no luna”. La frase es un extracto de un texto que un turista americano dejó en un libro de firmas de un restaurante de la ciudad:
“Sin Segovia , no Isabel
sin Isabel, no Colón
sin Colón, no América
sin América, no Luna”
Este turista resultó ser un doctor en Físicas, partícipe en el desarrollo del cohete Saturno que llevaría al hombre a la luna en 1969. Hace un simple símil en el que llega a esa original conclusión.
Por otro lado, cuenta con una de las muestras con más adeptos y que, año tras año, visita Segovia llenando sus calles de dinamismo y alegría. Es Titirimundi. Es una cita casi obligada con el mundo del teatro de títeres, un punto de encuentro de culturas de todo tipo e índole transmitidas a través de marionetas. Cada año tiene más seguidores, y la afluencia de este año, que se celebrará del 12 al 16 de mayo, se prevé superará todas las expectativas por coincidir con su 25 aniversario.
Otro atractivo que casi cualquier visitante mantiene en la memoria de Segovia es su riqueza gastronómica. Y lo mejor, no es necesario llenarse con copiosas comidas para degustarla. La cultura “del pincho y la tapa” en Segovia está muy arraigada, raro es el establecimiento hostelero que no acompañe su consumición con algún aperitivo de forma gratuita. Y si queremos decantarnos por tapas más típicas o elaboradas, por un módico precio algunos de los restaurantes con más categoría de la ciudad nos ofrecen suculentos manjares en tapas de degustación.
En conjunto, la variedad y riqueza que ofrece Segovia es merecedora de contar con un hueco en la agenda de cualquier persona. A pesar de ser una de las ciudades más pequeñas del país, cuenta con una calidad, un patrimonio cultural y un atractivo que centra la mirada del mundo con frecuencia. Y es que ya lo dice el refrán: “las mejores esencias siempre van en frasco pequeño”.
